REFLEXIÓN DOCENTE

La labor docente tiene una interacción implícita con el conocimiento y a pesar de que en las nuevas teorías pedagógicas se entienda al maestro como un facilitador de procesos de aprendizaje, no es fácil pensar al docente como un ente alejado de su función intelectual, ni de su rol como empoderado de conceptos y/o interpretaciones de los mismos.

Análogamente, las tecnologías de la información y la comunicación exigen del docente un conocimiento y una constante preparación para poder servir de puente entre la necesidad de aprendizaje de los estudiantes y el conocimiento, conocimiento del cual ya no es dueño, porque el internet se ha apoderado de él y empieza, el docente, a tener una función de mediador en la que, si desconoce  las herramientas que los estudiantes ya dominan, se convierte en obsoleta.

Nuestra preparación en TIC nos da las herramientas para empoderarnos de nuestra función como docentes de la era en la que ya estamos y que no podemos ignorar ni evadir.