-Desde las montañas de nuestro país-

Para hoy está montado el operativo, hoy es el gran día, el tan esperado día en que acorralarán a esos bandidos que violan los derechos de campesinos e indígenas, como si el hecho de tener un arma les diera el derecho para establecer quién debe hacer tal o cual cosa. Están asustados pero el día no deja de ser grande, una oportunidad más para cumplir con ese deber que no empezó como deber sino como un reclutamiento en un frente militar, empezó simplemente como otra forma de ganarse la vida, pero en medio de tantas disputas con esos forajidos de botas y camuflado, igual que ellos, y después de tantos entrenamientos, operativos, polígonos y enseñanzas de guerra, ésta se sentía en las venas y ya no era sólo un trabajo, ya era una causa y una convicción. Era necesario que fuera así porque para asesinar a otro ser humano, en una tierra en que lo primero que hacen cuando uno nace es pensar en bautizarlo bajo las normas cristianas, no es fácil; hay que llenarse de convicciones y empezar a creer que con cada tiro de ese rifle se está haciendo patria y que ese Colombiano que se está asesinando en el frente de batalla, no es otro como ellos; no, ese otro aunque también esté adentrado en el monte sufriendo las mismas inclemencias de estar lejos de su familia, es el malo y es necesario abatirlo hasta tal punto que deje de cometer fechorías en nombre de su frente armado.

Es imposible no pensar que ese otro puede estar allí contra su voluntad, que como cualquiera de los de este lado, de sus compañeros de fila, puede tener una familia, una esposa y un par de hijos que lo esperan en algún momento del año, cuando se gane un permiso por su buena labor. Es irremediable que en algún momento de alguna de esas noches frías que se sienten en lo más adentro del monte, se piense en que su enemigo también debe llorar  en su cambuche añorando esa alejada familia, también debe preguntarse lo mismo que cada uno de ellos se preguntan en algún momento de su estadía en ese inhóspito lugar; pero todos estos pensamientos, como dice el capitán, son muestras de debilidad que el otro también inhibe porque podrían generar compasión y la compasión puede hacer perder la guerra. Es mejor odiarlos, pensar que son los malos, sus malos; aunque allá piensen que los malos están acá;  si no se piensa así, si no se aborrece al contrincante, las creencias inculcadas en el seno del hogar no permitirían disparar tantas balas en tan poco tiempo, sería imposible capturar un rehén con la intensión de sacarle información, no se podría llevar a cabo un operativo como el de hoy y lo más seguro es que esta guerra se perdería.

Pero hoy es el día, hoy no puede haber misericordia, hoy se verán metidos en una trampa tal, que no tendrán reacción y en ese momento en que se tiene el fusil en la mano y al enemigo acorralado, no se puede dudar, no se puede siquiera pensar o tener algún sentimiento, sólo hay que odiar, aborrecer y disparar. Hay que disparar hasta matarlo, no sirven rehenes heridos, no sirven más enemigos, es mejor asesinarlos, fusilarlos, ajusticiarlos por sus crímenes de guerra y el día es hoy.

Algunas familias conocen a cerca del operativo y mientras este se lleva a cabo, en esos hogares están prendidos radios y televisores esperando que las noticias del operativo sean positivas, que no maten a los suyos, que maten a los otros, a los malos, a los que oprimen el pueblo, ellos se merecen la muerte o más, pero sabiendo que los suyos están defendiendo los derechos de los que no se pueden defender solos, no merecen morir, además ese esposo, padre o hijo que está en el operativo el día de hoy, siempre ha sido amoroso, divertido, buen padre, buen esposo o buen hijo, ¿cómo no lo protegería Dios en medio del cumplimiento de su deber?. Pero las noticias no llegan y para esta hora ya deben estar regresando al campamento donde estén a salvo, solo se puede pensar en que llegue bien, como hasta ahora siempre ha pasado, pero el sueño igual no se concilia, es una zozobra demasiado grande como para dormir sabiendo que ese ser querido está arriesgando la vida y que tal vez la primera noticia del día de mañana sea que está muerto y que hay que  empezar las labores para su entierro; tal vez para mañana haya que darle, por fin, la noticia a sus hijos de que su padre murió cumpliendo con su deber, luchando por una mejor Colombia para ellos, combatiendo por una tierra libre de opresión y libre de guerra para que sus hijos nunca se tengan que enfilar en un frente militar, como a él si le tocó.

Por fin, 5 am, las noticias radiales que son las primeras que reportan sintonía en este país, pero la información solo hace referencia al extranjero, que Obama, que la inundación de Nueva York, que el botín de oro para Messi, hasta que se llega al tema en cuestión, - Desde las montañas de nuestro país- empieza la afamada periodista, pero no habla de excelentes estrategias militares, ni de asesinatos a terroristas, ni de victorias en el campo de guerra, ni de guerrilleros dados de baja, sólo dice de soldados de la patria vilmente asesinados en una emboscada guerrillera; es decir, los suyos vienen con vida, hoy murieron Colombianos, como siempre pasa, pero hoy no murieron sus familiares, hoy murieron los del otro frente, hoy no murieron sus buenos, hoy murieron sus malos.

 

Por: Franklin Eduardo Pérez Quintero 2012

Tema: -Desde las montañas de nuestro país-... Opina

Fecha: 13.07.2018

Autor: Natalia restrepo maya

Asunto: Rexomendaciones

Tu crónica requiere de un ingrediente que da realismo, son las percepciones, eso se consigue describiendo olor, sabor, clima, ...todo aquello que puede hacer vivenciar el momento que esta pasando el personaje.

Fecha: 14.06.2015

Autor: Leonardo Cely

Asunto: Desde las montañas de nuestro país

Lo felicito Franklin...buena prosa...en cuanto a los muertos buenos y los muertos malos, parece que esa es la lógica colombiana.

Fecha: 19.04.2015

Autor: edwin marulanda

Asunto: saludar

En estos momentos de procesos de paz, en los que unos dicen que los otros no quieren la paz y lo mismo del otro lado; debieran salir mas cuentos como este para darnos cuenta que todos somos iguales y todos, al parecer, queremos lo mismo.... Lo unico que nos distancia son puntos y comas y eso se soluciona con balas... Excelente cuento.

Fecha: 19.04.2015

Autor: edwin marulanda

Asunto: Re: saludar

Y eso no se soluciona con balas... Perdon

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