EL NACIMIENTO DE MI ABUELA INÉS

Hoy nació Inés, pese a que en su pequeño mundo todos los amiguitos con que se contactaba creían que aún no era tiempo para que esto aconteciera. Claro, ellos no tienen la certeza de cuánto tiempo es el necesario en ese cerrado mundito para tener la madurez suficiente y nacer; además quieren mucho a Inés y por eso no querían que naciera aún. Igual ella los quiere mucho y no quería nacer todavía, a pesar de que ella consideraba que el momento era propicio, que ya había vivido  suficiente en ese cálido y placentero lugar y que era tiempo de dar ese siguiente paso.

Lo que más les preocupa a todos es no tener la certeza de  cuánto tiempo les falta para nacer a ellos también, además de no saber si al nacer se reencontrarán con Inés, o si ese vínculo con el que se comunican se perderá y consideran que llevan mucho tiempo conociendo a Inés como para dejar de comunicarse con ella. Sienten que la van a extrañar y por eso lloran, pero después de que nazca seguirán  alimentándose como siempre  lo han hecho, de este ente que les proporciona toda la comida, seguirán haciendo lo poco que puedan hacer dentro de su limitado recinto y su vida seguirá como si nada hubiera pasado. Tal vez en algunos momentos recordarán a Inés, pero no recordarán ese momento difícil de su nacimiento dónde todos quedaron tristes por no volver a interactuar con ella, recordarán los momentos lindos que compartieron con Inés cuando se comunicaban con ella.

En el momento en el que Inés nace todos lloran y oran para que le vaya bien en su nueva vida sea cual sea, recuerdan  a todos aquellos que han nacido antes y los extrañan aunque su vida sin ellos no cambie demasiado y se empiezan a preguntar lo mismo que se preguntan cada vez que uno de sus queridos amigos nace:

-      ¿Cómo será nacer?

-      ¿Qué sucederá cuando se nace?

-      ¿Cómo será la vida después de nacer?

-      ¿De qué se vivirá en ese lugar?

-      ¿Hacia dónde se irá?

Incluso hacen apuestas de qué es lo que les espera después de nacer. Algunos aseguran haber escuchado voces desde el otro lado pero son voces que no se entienden, otros dicen haber visto luces o siluetas y ruidos como si se quisiera establecer un contacto entre mundos; algunos dicen que en medio de sus sueños pueden escuchar recomendaciones y vivencias de los que ya nacieron. Para algunos son puras mentiras, otros simplemente creen alguna de las teorías y otros, incluso, dicen que hay que orarle a esas luces de colores que en algún momento han visto, para que su nacimiento sea mucho mejor y para que su nueva vida sea bienaventurada.

Lo que es cierto es que  ninguno comprende en realidad cómo llego a ese cálido y auspicioso lugar en que se encuentra actualmente y sin embargo  quieren comprender qué es lo que sigue después  de nacer ya que no tienen ni la menor idea.

A pesar de que algunos nacen a una corta edad sin que ninguno de sus amigos esperara su nacimiento, el nacimiento de Inés no es de este tipo ya que sus amigos más cercanos sabían, aunque les doliera, que en cualquier momento Inés nacería; además de que estar tanto tiempo en su mundo, tal vez más del necesario, la estaba enfermando un poco y eso podría entorpecer su nacimiento, por lo tanto algunos de sus más allegados amigos querían, por el bien de Inés, que naciera pronto y abrigaban  la certeza  de que Inés  iría a un mejor lugar.

Como ceremonia para la despedida de Inés se contactaron a todos los que conocía, para llorar  su ida y orar a esas siluetas de luces y sombras para que la reciban de buena manera en su mundo. La última parte de la ceremonia necesita de una caja de madera en la que se mete a Inés para ponerla a la vista de todos por un tiempo inferior a un día y de esa manera, entre sorbos de café y caldo, todos sus allegados se despidan justo antes de meterla por siempre en una bóveda cerrada con una placa de concreto.

Adiós abuelita Inés, ¡¡¡ FELIZ NACIMIENTO!!!