LA COARTADA INTERTEXTUAL

Es para mi un gran placer presentarles una obra escrita en la que participé en su confección pero que es de la inspiración de la srta Laura Valentina... con ustedes: LA COARTADA INTERTEXTUAL

 

1.       MUJER VIOLADA

 

Un día a altas horas de la noche en un callejón oscuro y húmedo, sale corriendo un hombre de vestimenta negra y cuerpo atlético, mientras se escucha dentro del callejón a una mujer gritando y llorando de manera desesperada; ante los gritos escandalosos de la mujer, un agente de policía se acerca a la escena y al encontrar al caballero saliendo despavorido del callejón, le pregunta:

— ¿Qué es lo que ha ocurrido?

—Han abusado de una mujer —contesta el hombre— y el abusador debe de estar cerca.

— ¿Y qué hacía usted por acá a estas horas de la noche?

—Escuché los gritos y vine con la intención de ayudar —dice el hombre con voz agitada y nerviosa.

—Me parece muy bien, estas son las personas que se necesitan en la comunidad -afirma el agente- pero antes permítame hacerle una última pregunta: ¿por qué tiene usted la cremallera abierta y marcas de uñas de mujer en su cuello?

 

2.   EL NIÑO

 

Todo ocurrió en una tarde de invierno, en la que todo pasaba sin ninguna trascendencia. Unas cuantas personas se encontraban en la plaza de mercado, la cual se hallaba cerca al puente por donde pasaba el río que separaba el pueblo del bosque; una señora que se situaba  a la orilla del río, de repente lanza un grito:

— ¡Oh, miren! Ese lobo lleva un niño en su hocico —exclama asustada.

—Lo está salvando de las aguas -dice una persona de la multitud que se acerca a observar la escena- los lobos son como los perros, grandes amigos del hombre.

Luego el lobo al terminar de cruzar el río con el niño en su hocico, corre al interior del bosque donde lo espera su jauría; mientras en la plaza se puede escuchar la voz de una madre desesperada diciendo: ¿alguien ha visto a mi hijo? por favor, ayúdenme a encontrarlo.

 

 

 

 

3.   LA BICI

 

  • ¡Mamá, mamá! ¿me das permiso de ir a montar en la bici?, por fa… por fa… dice el pequeño con una sonrisa en su cara.

—Querido mío es un poco peligroso en este barrio -contesta su madre con cara de preocupación-

—Mami te prometo que todo estará bien, tú sabes como soy de cuidadoso y lo importante que es para mí la bici.

—Bueno, hijo, ve con mucho cuidado, no hables con extraños, ni le recibas nada a nadie, llega antes de que empiece a oscurecer.

—Bueno, mami, gracias.

El pequeño sale de la casa en su bici, dirigiéndose al parque. Muy contento el niño jugando con sus amiguitos se le pasa el tiempo y cuando lo nota ya está empezando a oscurecer; mientras tanto la madre  en la casa se preocupa, y decide salir a buscarlo; en el camino se topa con un hombre un poco sucio y mal oloroso el cual lleva una bicicleta muy parecida a la de su hijo; la madre percibe  que dos cuadras más adelante su hijo está llorando sentado cerca de un poste, decide abordar a aquel hombre y le pregunta:  

— ¿Usted qué hace con la bicicleta de mi hijo? —dice la madre algo alterada.

—Cálmese señora —contestó el hombre, un poco pálido —alguien le robó la bicicleta a su hijo y yo que pasaba por acá  me di cuenta de la situación, decidí ayudarle y recuperé la bicicleta.

—Buen hombre, muchas gracias por su acto tan generoso —contestó la madre convencida de dicha versión.

De repente se observa un hombre de igual apariencia que tiene la bicicleta y se le acerca a gran velocidad y le dice agitado: ¡Hombre, corre que ahí viene la policía!

 

 4. EL CARRO

 

Juan, el contador de la empresa Insight, lleva varios meses trabajando allí, sin descanso; su esposa y sus hijos se quejan del poco tiempo que pasan en familia. Juan al ver la situación habla con su jefe para que le dé un día de descanso y así poder ir a pasear con su familia, siendo aceptada su petición.

Al llegar a casa Juan habla con su esposa para organizar un paseo y deciden ir a un día de campo al parque los Farallones.  

Al llegar al parque vieron que había mucha gente y los parqueaderos estaban llenos, pero como era tarde para ir a otro lugar y era el único día de descanso de Juan, decidieron dejar el carro a la orilla de la carretera.  

Luego de pasar un día inolvidable, lleno de risas y alegrías, se escucha a lo lejos un ruido y al instante la alarma de un auto, asustados y preocupados por su carro, Juan va corriendo a verificar el estado de coche.

Al llegar ve un hombre con su mano metida por la ventanilla y Juan asombrado y disgustado empuja al hombre y le dice:

— ¿qué haces con tú mano dentro mi carro?

—Disculpe, mi ave entró en su coche por el pequeño resquicio que quedaba en la ventana, metí la mano con la intención de sacarla, pero me atasqué; quise sacar mi brazo cuando lo sentí atascado y me golpeé con la puerta, con el ruido el ave voló, y yo aún estoy atascado.

—Pero ¿de dónde salió la ganzúa que está sobre el asiento del conductor si se supone que usted viene a sacar su ave?

 

5.  EL MANDADO

 

— ¡Al fin llegue! —Dice Sebastián al regresar de la escuela.

—Hola hijo, qué bien, llegas temprano -contesta su madre con cara de satisfacción. —necesito que me hagas un mandado: ve por favor a la tienda y me compras una bolsa de leche y 5 huevos para preparar la torta.

— ¡Ay! mami, yo como estoy de cansado para ir hasta por allá —exclama Sebastián con actitud de pereza.

—Hijo, por favor, están que llegan mis amigas y debo tener todo listo para su llegada —dice su madre tratando de convencerlo.

—Bueno, está bien, ya voy, pero espérame me cambio el uniforme para estar más cómodo— contesta Sebastián.

—Bueno, hijo, gracias.

Antes de que Sebastián saliera a hacer el mandado a su madre, ella hace ciertas recomendaciones: “hijo trata de no demorarte, ni entretenerte con tus compañeros, guarda bien la plata para no perderla, al igual que la devuelta, ten cuidado al pasar la calle, mira bien a los dos lados”; ante estas recomendaciones Sebastián contesta a todas: “sí, mami” y sale rápidamente de la casa.

Tras la demora de Sebastián, su madre decide salir en busca de su hijo y las cosas para preparar la torta; al llegar a la tienda donde se suponía Sebastián debía estar comprando las cosas, él no estaba y al mirar hacia la cancha de fútbol ve que Sebastián  viene caminando de esa dirección. La madre disgustada se le aproxima y le pregunta:

— ¿hijo dónde has estado? ¿Por qué te tardaste tanto con el mandado y vienes en dirección de la cancha de fútbol?

—Mami, no te alteres, es que no había huevos en la tienda de siempre y me tocó ir a la tienda del otro lado de la cancha - dice Sebastián con voz agitada y sudor en su cara.

—Tras la explicación de Sebastián a su madre, ella agrega: está bien hijo, vamos pronto para la casa para preparar todo.

Mientras se dirigen a casa, Sebastián y su madre, pasa un niño corriendo con un balón en sus brazos y le dice a Sebastián: “Sebas, qué buen partido”.  

 

6. LA TRAICIÓN      

 

Todo ocurrió aquella noche de viernes 13, a altas horas de la madrugada, donde todo pasaba en calma, los rayos de la luna atravesaban la cortina, el viento zumbaba en la ventana; y sin embargo Luciana no podía conciliar el sueño, algo en su cabeza le rondaba, pero ¿qué será? Pensaba aquella mujer inquieta, en su cama. Tenía una corazonada y quiso  averiguar que todo estuviera en orden, decidiendo llamar a su esposo para verificar que se encontrara bien, pues él en las horas de la tarde le envió un mensaje en el que decía que se debía quedar en la oficina con su jefe terminando el proyecto del mes. Se acerca Luciana al teléfono y marca a su esposo, el teléfono repica y repica, pero no contesta, decide llamar de nuevo inquieta por el estado de su amado, el teléfono repica 2 y 3 veces hasta que al fin contesta:

— ¡Aló! —dice Luciana a la espera de escuchar la voz de su esposo.

— ¡Aló! – escucha la voz de una mujer al otro lado del teléfono.

— ¿Quién habla? — Pregunta Luciana desesperada—Por favor, dígame ¿quién está hay? Pero nadie le da respuesta y la llamada se corta. Con muchas preguntas en su cabeza y una chispa de furia, Luciana se acostó, aunque aquella noche ella no durmió.

Al siguiente día Luciana estaba a la espera de su esposo, inquieta porque él  llegara para que le aclarara todas sus dudas. Cuando al fin este llegó, de inmediato Luciana empieza a interrogarlo:

—Julián dime la verdad ¿dónde estabas anoche?

—Amor estaba con mi jefe terminando el proyecto del mes, yo te lo había dicho —responde Julián.

—Dime entonces, ¿por qué contestó una mujer tu celular y luego colgó?

—Julián sorprendido por la pregunta de su esposa contesta: amor era la secretaria, en ese momento yo fui al baño y el teléfono lo dejé en la oficina.

—Sí ¿y porque tienes lápiz labial en el cuello de tu camisa y ese hedor a perfume barato por todo tu cuerpo?  

 

7. EL ROBO

 

Sale doña Gloria de su casa en dirección al banco, con el fin de retirar una cantidad de dinero muy elevada para montar su negocio, en la cuadra del barrio; doña Gloria siempre soñó con tener su propio negocio y al fin el banco había aprobado su préstamo.

Aquel día en la mañana toda la cuadra se enteró de las buenas nuevas de doña Gloria,  pues su felicidad fue tanta que no aguantó y lo gritó a los cuatro vientos; muchas de las personas más allegadas a doña Gloria fueron durante el día a felicitarla por habérsele dado esta oportunidad. Doña Gloria salió muy emocionada para el banco, sin prisa; al salir del banco con su dinero se dirigió a la estación del metro para regresar a su casa, pero de una cosa doña Gloria no tuvo precaución, asegurarse que nadie la estuviera siguiendo, pues todo su cuerpo estaba invadido por la emoción y se le había pasado por alto. De repente en la estación del metro un hombre pasa corriendo con un bolso de mujer por la mitad de dos policías, los policías al ver a este hombre corriendo, corre también en  dirección a él hasta alcanzarlo, y preguntarle:

— ¿qué hace usted corriendo en la estación y con ese bolso de mujer?

—El hombre contesta con un tono de voz delicada y un poco femenina: “déjenme bruscos, este es mi bolso y voy tarde para una cita, ustedes me van a hacer llegar tarde, los voy a demandar por maltrato” agrega el hombre furioso por lo ocurrido.

Los policías avergonzados por el suceso piden disculpas al hombre, sin antes reiterarle que en las estaciones del metro no se puede correr; el hombre disgustado se levanta y dice a los policías “patanes” y se va de manera apresurada; los policías se devuelven y ven a una mujer corriendo y gritando: ¡Cójanlo! ¡Cójanlo!

 

8.  EL ACCIDENTE

 

“Me encontraba de turno aquel día, era una noche tranquila de luna llena, se escuchaban los grillos en los matorrales, los lobos a lo lejos de la carretera,  avanzaba la noche en total tranquilidad” —narra el patrullero testigo de lo ocurrido el día de su turno —cuando de repente, se escucha cómo los frenos se apoderan de las llantas y expresa: “Ese sonido grave que penetró mi cerebro y nunca saldrá de mi cabeza”, de inmediato corrí hacia el lugar del sonido para averiguar lo que había sucedido; quedé totalmente sorprendido al ver lo que allí había ocurrido, un carro familiar estaba fuera de la carretera con la trompa hundida en tierra y las llantas traseras todavía girando en el aire; de repente un hombre sale por la puerta del conductor, trastabilla y cae, con un poco de sangre en su cara; fui de inmediato a ayudarlo y veo que en el interior del auto se encuentran más personas; una de ellas sale mareada por el impacto y dice:

           —el golpe lo aturdió

— ¿Qué fue lo que ocurrió, por qué se han accidentado en esta parte si es la más segura de la carretera? —pregunte desconcertado por lo visto-

—Con un tono de duda en su voz contestó: “al parecer fue un animal que de repente se atravesó y por tratar de esquivarlo salimos de la carretera.

  • ¡Oh santo Dios! -exclamé ante la situación- debemos ir al hospital.

De repente veo que el hombre que está en el piso empieza a levantarse y con su voz algo enredada comienza a quejarse; decidimos sentarlo y buscar algo para tranquilizarlo, me dirigí al carro aun pensando: ¡como era que aquí se habían desviado tanto! ¿Iban a alta velocidad? me preguntaba inquieto. Cuando regrese con el agua, no pude aguantar y decidí preguntar:

  • ¿porque en el interior del auto en la parte delantera se encuentran esas latas de cervezas abiertas?

 

9. EL LADRILLO.

 

Sale el niño de su casa corriendo al callejón de la esquina, como todos los días a jugar con sus amiguitos, a pesar que  aquel barrio en el que vivía, no era el más adecuado para realizar ciertas actividades como: salir  después de haber oscurecido, caminar sin prisa disfrutando de la tarde, exhibir objetos valiosos y muchas otras cosas, debido a lo peligroso que era, por las necesidades que padecía la gente.

El niño estaba muy feliz jugando y se le pasaba el tiempo sin darse por enterado, el balón con el que jugaban  golpeó la puerta de una casa sin querer, los niños asustados esperando la reacción del dueño de aquella vivienda,  se quedaron como estatuas, de repente un hombre sale de la casa malhumorado, se le notaban sus pelos largos en la axila, su barba de más o menos varias semanas de no cortarla,  una panza cervecera que le colgaba por encima de la correa del pantalón, tenía en su mano un ladrillo y todos los niños al verlo corrieron  despavoridos a sus casas, excepto el niñito aquel que recogió el balón y su madre desde casa al escuchar la algarabía va en busca de su hijo para verificar que se encontrara bien, cuando la madre allí llegó el niño se encontraba llorando y diciendo:

  • “Mamá, Mamá, me quiere pegar con el ladrillo”

Su madre asustada corre hacia él y lo abraza, de inmediato el hombre cuenta a la madre lo ocurrido diciendo:

  • ¡cálmese señora! a su hijo no le ocurrió nada, sorprendí a uno de los niños con quien jugaba queriéndole pegar con este ladrillo y yo se lo quite.
  • Muchas gracias buen hombre -contestó la madre agradecida con el hombre-

De pronto por una ventana sale una mujer y dice:

  • amor tráeme por favor el ladrillo que el viento está cerrando la puerta.

Autor: Laura Valentina Londoño